Hace unos días ocurrió un fenómeno que causó sorpresa entre los habitantes de este Pueblo Mágico.

¿Sismos en Valle de Bravo?

El pasado 4 de septiembre, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró un movimiento telúrico con epicentro en Valle de Bravo, en la zona sur del Estado de México, el cual registró una intensidad de 3.3 grados en la escala Richter, a 20 kilómetros al sureste del municipio.

A pesar de que el movimiento subterráneo fue casi imperceptible, causó curiosidad entre los vallesanos, pues este municipio no se encuentra dentro de alguna una zona sísmica activa. Por esta razón, un especialista explica qué fue lo que pasó.

“Hay sismos que son locales, y estos registrados en Valle de Bravo son ejemplos de sismos locales, pues si bien, no tenemos borde de placas tectónicas aquí, moviéndose, sí tenemos estructuras que tienen fallas geológicas que no son de gran extensión pero sí están en constante movimiento”, explicó Luis Miguel Espinosa Rodriguez, profesor de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex).

Dijo que no hay alguna razón por lo que se deben de preocupar los habitantes de este municipio, aunque deberán de estar en constante observación este tipo de fenómenos en la región.

“Los niveles de energía son bajos (registrados en el sismo del pasado 4 de septiembre), no es para preocuparse por ahora, es decir, hay que tener siempre la observación sobre los sistemas, siempre se tiene que dar de manera frecuente y constante”, concluyó.

De acuerdo con los registros de la UAEMex basados en los reportes del SSN, en los últimos 56 años se han registrado 670 sismos con epicentro en el Estado de México; en tanto, en Valle de Bravo han ocurrido al menos 10 movimientos telúricos, los cuales son de baja intensidad y casi imperceptibles.

Valle de Bravo registra más o menos diez en la periferia, desde los tres a los 20 kilómetros. Básicamente todos son muy someros, son de poca profundidad, y lo que nos indica esto es que son procesos locales”, precisó.

En dichos registros se encuentran tres sismos sin magnitud registrada en 1980 y uno más registrado siete años que tampoco alcanzó una valorización de magnitud.

En 1989 se registró el sismo más “intenso”, su magnitud fue de 4.1 grados; más de una década después, en 2002, hubo uno de 3.8 grados. En 2007, se registró uno más en Valle de Bravo de 3.6 grados, y en 2015, uno de 3.8 grados.

Los últimos dos sismos registrados en este Pueblo Mágico de la entidad mexiquense se reportaron en 2017, donde alcanzó los 3.5 grados de intensidad, y el último registrado el pasado 4 de septiembre de 2022, de 3.3 grados.

“Todos estos, solamente son datos del servicio mexicano, del Servicio Sismológico Nacional, pero a nivel internacional, no hay registros en esta zona, no se reconoce como zona sísmica, y no son sismos mayores”, puntualizó Espinosa Rodríguez.

Generalmente, cuando se habla de sismicidad en México, los referentes colectivos se sitúan en las grandes placas tectónicas, como la placa de Cocos o la Americana, relacionándolos con los sismos registrados en 1985 y 2017.

En este tipo de sismos locales las alarmas no sonarán, debido a que están colocadas en el borde de la costa mexicana, donde pasa la placa de Cocos.

“Las alarmas no van a sonar nunca con este tipo de sismos porque la alerta sísmica prácticamente está conectada al borde de la placa de Cocos, que es la placa tectónica que más nos afecta”, explicó el profesor de la UAEMéx.

“Todo el sistema de radar y monitoreo está en la costa de Guerrero, Michoacán y Oaxaca, de ahí es donde se activa el sistema, para sismos locales como el de Valle de Bravo, este no funciona”, continuó diciendo.

Según registros de la UAEMex, en el Estado de México se han registrado movimientos telúricos de baja intensidad con epicentro en los municipios de Jilotepec, Temascalcingo, Chicoloapan, Los Reyes, Capulhuac, Tianguistenco, Tenango, Tejupilco, Xalatlaco, Xonacatlán, Nezahualcóyotl, Ozumba, Apaxco, entre otros, de 1970 a la fecha.

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