De enero a septiembre de 2022, en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca (ZMVT) hubo aproximadamente 164 en los que se incumplieron los límites normados para la protección de la salud de la población, concentrándose altos índices de contaminación, especialmente de micropartículas PM10 y PM2.5.
En una revisión que incluyó los registros mensuales emitidos por la Red Automática de Monitoreo Atmosférico de la Zona Metropolitana (RAMA) del Valle de Toluca, que a su vez concentra los resultados capturados por las distintas estaciones de monitoreo atmosférico, se detalla que los principales contaminantes en esta región siguen siendo las partículas PM10 y PM2.5.
Las PM10 se componen de partículas primarias emitidas directamente a la atmósfera por incendios forestales o emisiones volcánicas, por actividades humanas como las agrícolas, de construcción o industriales, así como resuspensión de polvo, cemento, cenizas y hollín.
Mientras que las finas o PM2.5 suelen estar compuestas principalmente por partículas secundarias formadas en la atmósfera y provienen principalmente de automóviles, camiones, fábricas, quema de madera y otras actividades.
Las estadísticas refieren que esta región de la entidad registró picos importantes de PM10; pues si bien aún no se publican los resultados correspondientes a los meses de octubre, noviembre y diciembre de 2022, la tendencia sigue siendo similar a la de años anteriores, ya que en la revisión que incluyó de enero a septiembre del año pasado, se contabilizaron 164 días fuera de la norma, así lo define la propia RAMA, a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente.
Estos datos preliminares, señalan que en este periodo, es decir, 60 por ciento de los 273 días, se registraron mediciones fuera de la norma en las PM10.
Para el caso de las PM2.5, los indicadores muestran que al menos 35 por ciento de los 273 días contabilizados, es decir, 97 días, se tuvieron registros de este contaminante que se ubicaron fuera de la norma oficial. Los registros más altos se presentan, históricamente, en enero.
La Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA1-2021, en la que se establecen los criterios para evaluar la calidad del aire, con respecto a las partículas suspendidas PM10 y PM2.5, como medida de protección a la salud de la población, señala como límites máximos para las PM10 un estimado de 70 microgramos por metro cúbico, mientras que de PM2.5 es de 41 microgramos por metro cúbico.
Según el Inventario Nacional de Emisiones de México 2016, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en México se emiten 889 mil 745 y 602 mil 553 toneladas anuales de PM10 y PM2.5, respectivamente, donde las fuentes de área son el principal origen de la emisión (combustión agrícola y doméstica de biomasa e incendios forestales) con 68 por ciento en PM10 y 65 por ciento en PM2.5, seguida de las fuentes fijas (22 y 21 por ciento) y las fuentes móviles (10 y 14 por ciento, para PM10 y PM2.5, respectivamente).
Además de acuerdo con el estudio sobre la carga global de enfermedades atribuibles a la contaminación atmosférica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición a partículas finas en el aire ambiente representa el quinto factor de riesgo de muertes prematuras en la población a nivel mundial.
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