El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha reafirmado su determinación de no ser responsable de desencadenar una Tercera Guerra Mundial. Esta postura fue subrayada por John Kirby, coordinador de comunicación estratégica del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, durante una entrevista con la cadena ABC el pasado domingo 2 de junio.
Kirby destacó que Biden ha sido claro en su posición de evitar un conflicto directo con Rusia, una potencia nuclear significativa. «El presidente ha dicho que no quiere ser responsable de iniciar la Tercera Guerra Mundial. No buscamos un conflicto con Rusia», afirmó Kirby. Esta declaración surgió en respuesta a las preocupaciones sobre la posibilidad de que Estados Unidos se vea arrastrado al conflicto en Ucrania, especialmente después de que Kiev fuera autorizada a llevar a cabo ataques en territorios rusos.
En su entrevista, Kirby explicó que Estados Unidos ha permitido a las Fuerzas Armadas ucranianas utilizar armamento de fabricación estadounidense en objetivos estratégicos dentro de Rusia. Estos objetivos incluyen «emplazamientos militares, posiciones de armas, logística y bases de operaciones que los rusos están utilizando para crear una especie de zona de amortiguación» en las áreas rusas cercanas a Járkov.
Biden, consciente de las implicaciones de estas acciones, aprobó la solicitud ucraniana tras una cuidadosa consideración. Esta decisión se enmarca en la estrategia estadounidense de apoyar a Ucrania sin escalar el conflicto a un nivel que podría desencadenar una guerra global.
El 30 de mayo, salió a la luz que Biden había otorgado permiso, de manera confidencial, para que Ucrania atacara objetivos en territorio ruso con armas estadounidenses. No obstante, dos funcionarios estadounidenses aclararon que este permiso se limita a las zonas rusas cercanas a la provincia ucraniana de Járkov. Esta medida busca mantener una postura defensiva mientras se apoya la resistencia ucraniana contra la agresión rusa.