En 2023, la producción de cocaína en Colombia creció un 53%, alcanzando 2 mil 600 toneladas, de acuerdo con el último informe de la Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) de las Naciones Unidas.
Además, los cultivos de hoja de coca, materia prima para la droga, se expandieron un 10%, cubriendo 253 mil hectáreas. Estas cifras representan los niveles más altos desde que la ONU comenzó a monitorear esta problemática en 2001.
La directora regional de la UNODC, Candice Welsch, destacó que la productividad en las zonas de cultivo ha aumentado significativamente. Hoy en día, una hectárea produce el doble de cocaína en comparación con hace dos años, lo que ha facilitado el incremento de la oferta en el mercado. Este crecimiento se concentra en áreas donde la extracción y transformación de la coca son más eficientes.
A pesar de los esfuerzos internacionales y la ayuda financiera de Estados Unidos, la lucha contra el narcotráfico en Colombia no ha logrado frenar la expansión de los cultivos ni la producción.
Desde la firma del acuerdo de paz con las FARC en 2016, el conflicto interno ha persistido, alimentado por la producción de cocaína que financia a los grupos armados. El presidente Gustavo Petro, en el cargo desde 2022, ha propuesto cambiar el enfoque hacia la prevención del consumo en los países desarrollados, calificando de «fracaso» la guerra contra las drogas.
Los territorios del suroeste, especialmente Cauca y Nariño, registraron el mayor crecimiento en el número de cultivos.
En estas regiones, grupos disidentes de las FARC ejercen un control férreo sobre la economía local, y su influencia violenta dificulta el desarrollo de la región y la implementación de políticas para la seguridad y el bienestar de la población.