Irán.- La justicia iraní anunció este lunes la condena a muerte de otras tres personas en relación a las protestas por el deceso de la joven Mahsa Amini mientras estaba detenida, desatando una nueva ola de indignación internacional.
Los tres condenados, al igual que dos hombres que fueron ejecutados el sábado, fueron detenidos en el marco de la represión de las protestas desatadas tras la muerte de Amini, una kurda de 22 años arrestada por haber supuestamente infringido el código de vestimenta que rige en la República Islámica.
Las autoridades iraníes califican el movimiento de protesta como «disturbios» y afirman que las movilizaciones son alentadas por países y organizaciones hostiles a Irán.
Irán afirma que cientos de personas –incluyendo agentes de seguridad– han muerto y que miles de manifestantes han sido detenidos.
Según la agencia del poder judicial Mizan Online, los condenados, Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi, fueron acusados de estar implicados en la muerte de tres miembros de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones el 16 de noviembre.
Fueron declarados culpables de «moharabeh» (guerra contra Dios), precisó Mizan Online.
En el mismo proceso, otras dos personas fueron condenadas a penas de cárcel. Entre ellas se encuentra el futbolista Amir Nasr-Azadani, de 26 años, que juega en un equipo local.
Todas las condenas anunciadas este lunes podrán ser recurridas ante el Tribunal Supremo, agregó Mizan Online.
Condenas internacionales
El sábado Irán anunció la ejecución en la horca de dos hombres condenados por haber asesinado a un paramilitar durante las manifestaciones. Según oenegés, tenían 22 y 39 años.
Esta doble ejecución suscitó la indignación de la comunidad internacional.
«Robar la vida de las personas que se manifiestan de forma pacífica es odioso», dijo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Canadá anunció el lunes una nueva serie de sanciones contra organizaciones y funcionarios de Teherán acusados de ser cómplices del gobierno en «su brutal represión de las valientes voces iraníes».
Alemania y Austria convocaron a los respectivos embajadores iraníes, sumándose a otros países europeos que tomaron la misma medida, como Dinamarca, Bélgica, Países Bajos y Noruega.
Francia y Reino Unido citaron también a los encargados de negocios de la República Islámica.
El papa Francisco instó el lunes a poner fin a la pena capital en el mundo, también en Irán.
«La pena de muerte no puede ser empleada como una supuesta justicia de Estado, ya que no constituye un medio de disuasión ni rinde justicia a las víctimas. Sólo alimenta la sed de venganza», afirmó el pontífice argentino.
«Traición»
Con los anuncios del lunes, son ya 17 las personas condenadas a la pena capital en relación con las protestas, según un recuento establecido a partir de los anuncios oficiales.
Cuatro han sido ejecutadas y a dos, el Tribunal Supremo les confirmó la pena. El resto está a la espera de un nuevo juicio o pueden recurrir.
Al menos 109 manifestantes están actualmente en detención y enfrentan cargos que son punibles con la pena de muerte, dijo este lunes la oenegé Iran Human Rights (IHR).
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a Teherán a cesar inmediatamente «todas las ejecuciones».
Según Amnistía Internacional, Irán es el país que más ejecuciones lleva a cabo, después de China.
El guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, señaló el lunes que «las instituciones responsables tratan la traición con seriedad y de forma justa».
El líder afirmó que sin duda hay «problemas económicos» en el país. «Pero ¿pueden estos problemas ser resueltos quemando papeleras o provocando disturbios en la calle?», planteó.
«Sin duda, estas acciones son traición», afirmó.
Los manifestantes tienen como consigna principal el mensaje «Mujer, vida, libertad» y otros lemas hostiles al régimen.
La hija del expresidente iraní Akbar Hachemi Rafsandjan, detenida en Teherán a finales de septiembre, fue condenada a cinco años, dijo su abogado. Faezeh Hachemi, una exdiputada y activista por los derechos humanos, fue encarcelada por incitar a la población a manifestarse.