Pareciera ser que algo está haciendo mal o ya no está haciendo la Secretaría de Cultura federal, a través de su programa “¿emblema?” Cultura Comunitaria, pues según sus propias cifras reportadas, durante 2022 desarrolló más de 4 mil 700 actividades en 329 Semilleros creativos en 245 municipios de 29 estados del país, que atendieron a con 190 mil personas.
Las cifras no parecen malas en el año donde se regresó a la normalidad, sin embargo, comparadas con los datos reportados por ellos mismos en 2019, hay cosas se están haciendo mal o ya no se están haciendo. Mire usted: en 2019 desarrolló 3 mil 173 actividades en 518 municipios en las 32 entidades en las que participaron 790 mil 79 personas.
En ese entonces, la Secretaría señalaba que de esos 518 municipios “451 son prioritarios para el programa, 304 registran un alto grado de violencia, 90 son considerados con alto y muy alto rezago social y 105 son localidades indígenas, respondiendo al objetivo de la Secretaría de no dejar a nadie atrás”. ¿Será que hoy, tres años después, el programa ha dejado de ser prioritario?, o peor aún, ¿será que la Secretaría de Cultura federal sí ha dejado a muchos atrás?
Los descuidos en la Casa Miguel Alemán, en el Complejo Cultural Los Pinos, son difíciles de ignorar. Sorprende que en un espacio clave en este recinto consentido de la Secretaría de Cultura se tengan tantos descuidos. En un recorrido pudimos notar que para todo un nivel de la casa sólo había dos guardias para custodiar las múltiples “salas”, donde se exhibe arte de los Jóvenes Creadores y de artistas como Manuel Felguérez y Vicente Rojo.
Tampoco hay cámaras de seguridad. Tan es así la falta de vigilancia que visitantes tocaban obras que no tienen un fin didáctico, se subían sobre las bases que soportan algunas piezas y dejaban su basura en los entrepaños de los armarios y el piso. Lo más grave: había señalización de extintores, pero no había extintores.
Otro detalle es que algunas de las piezas no tienen ficha de información. Fue una visita decepcionante a este espacio que, por cierto, ya tiene cuatro años de inaugurado. ¿Cuál será la excusa?