Escala la violencia en Perú

La violencia escaló, mientras que un líder sindical advirtió que seguirán protestando hasta que convoquen elecciones

Lima.- Nuevos enfrentamientos en regiones del norte y sur de Perú se produjeron ayer en medio de las manifestaciones en contra del gobierno, que no dan tregua pese a los 45 muertos que dejan desde su inicio en diciembre, mientras que unos 300 turistas quedaron varados en Machu Picchu.

Los choques del viernes se concentraron en las regiones La Libertad (norte) y Arequipa (sur), con bloqueos de carreteras y batallas campales entre los manifestantes, que lanzaban piedras con hondas, y la policía, que repelía con gases lacrimógenos.

El líder sindical llamó a continuar con la presión hasta sacar de la presidencia a Dina Boluarte.

La lucha va a continuar en todas las regiones hasta lograr la renuncia de Boluarte y los otros puntos de la agenda, como las elecciones este mismo año y el referendo para la (Asamblea) Constituyente”, declaró el secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú, Gerónimo López.

Los aeropuertos de Cusco y Arequipa permanecían cerrados y también el servicio de trenes a Machu Picchu, joya del turismo de Perú.

En la región de Puno, una turba quemó la comisaría del distrito de Zepita e incendió un puesto aduanero en Desaguadero, en la frontera con Bolivia, informaron medios locales.

En Arequipa, segunda ciudad del país, decenas de pobladores intentaron, por segundo día consecutivo, invadir la pista de aterrizaje del aeropuerto, cerrado y resguardado por fuerzas del orden desde el jueves.

Miles de manifestantes se movilizaron en Lima coreando: “¡Dina asesina!”, “¡Esta democracia no es una democracia!, ¡Dina el pueblo te repudia!”.

La marcha se desarrollaba pacíficamente aunque entrada la noche hubo disturbios en el centro histórico de la capital.

Con una bandera de Yunguyo (pueblo al borde del lago Titicaca en la frontera con Bolivia) a la espalda y ataviada con un sombrero de paja blanco, Olga Mamani, de 50 años, afirmó: “Queremos la renuncia de Dina. Si ella no renuncia, el pueblo no estará en paz”.

La hoja de coca nos da fuerza para esta lucha que hemos iniciado, queremos que renuncie Dina y se cierre el Congreso (…) vamos a estar acá hasta las últimas consecuencias”, dijo por su parte Antonio Huamán, un campesino de 45 años que llegó desde Andahuaylas, epicentro de las manifestaciones en diciembre.

El gobierno declaró el jueves el estado de emergencia en siete de las 25 regiones del país y estará vigente hasta mediados de febrero, habilitando así la intervención militar junto a la policía para controlar el orden público.

Redacción
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