El panorama político en Panamá se ha visto reconfigurado con la reciente victoria de José Raúl Mulino en las elecciones presidenciales del país. Con el 90,92% del recuento ya completado, Mulino se alza con un sólido 34,46% de los votos, superando a sus contendientes más cercanos, Ricardo Lombana (25,01 %) y Martín Torrijos (16,02 %).
Rómulo Roux obtuvo el 11,22 %, Zulay Rodríguez el 6,24 %, José Gabriel Carrizo el 5,76 %, Maribel Gordón el 1,08 % y Melitón Arrocha el 0,21 %.
La participación se ubicó por encima del 77 %.
En su discurso tras el resultado de las elecciones, Mulino expresó su compromiso con el pueblo panameño, prometiendo trabajar arduamente para cumplir con las expectativas depositadas en él. Su llamado a la unidad nacional, extendido a los candidatos José Gabriel Carrizo y Rómulo Roux, sugiere un camino hacia la reconciliación política en el país.
Este triunfo no está exento de controversia, ya que se han planteado acusaciones de violaciones a las normas electorales por parte del equipo de Mulino. La divulgación de propaganda a su favor y el traslado en caravana durante su visita a centros de votación en la provincia de Chiriquí han generado críticas y una denuncia formal por parte del Tribunal Electoral.
A pesar de estos desafíos, el reconocimiento de la victoria por parte de sus contendientes y el respaldo de una parte significativa del electorado panameño indican un inicio esperanzador para la administración de Mulino. Con la economía como una de las principales preocupaciones, el nuevo presidente propone un ambicioso programa de inversión en infraestructura para impulsar el crecimiento y el desarrollo del país.
