Los turistas internacionales han regresado en masa a la popular isla turística de Bali a medida que la pandemia de coronavirus retrocede, lo que ha generado esperanzas de que el sector turístico de Indonesia, fuertemente golpeado, esté en camino a recuperarse.
Esta semana el Parlamento de Indonesia aprobó nuevas y controvertidas leyes que prohíben la cohabitación y las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Las leyes se aplicarán no solo a los residentes, sino también a los extranjeros residentes y a los turistas en el país, lo que suscita la preocupación de los expertos.
Aunque no se espera que los cambios entren en vigor hasta dentro de 3 años, los agentes del sector afirman que el nuevo código penal podría disuadir a los extranjeros de visitar el país y dañar su reputación mundial, privándole de unos ingresos turísticos vitales.
“Desde nuestro punto de vista, como agentes del sector turístico, esta ley será muy contraproducente para la industria turística de Bali, especialmente los capítulos sobre sexo y matrimonio”, declaró Putu Winastra, presidente de la mayor asociación turística del país, la Association of the Indonesian Tours And Travel Agencies (ASITA).
Las nuevas leyes se consideran una respuesta al creciente conservadurismo religioso de los últimos años en Indonesia, de mayoría musulmana, donde en algunas partes del país se aplican estrictos códigos islámicos. En Bali, la población es predominantemente hindú y, en consecuencia, tiende a tener un entorno social más liberal que atrae a los turistas occidentales.
Los legisladores de Indonesia han defendido las nuevas leyes, al afirmar que eran un intento por satisfacer las “aspiraciones públicas” en una nación diversa. El Ministro de Derecho y Derechos Humanos, Yasonna Laoly, dijo este martes que no era fácil para un país multicultural y multiétnico hacer un código penal que “acomodara todos los intereses”.
Winastra afirma que las nuevas leyes lo tomaron a él y a otros con la guardia baja porque creían que el gobierno había mostrado mucho entusiasmo por aumentar la llegada de turistas extranjeros. “Ahora habrá normas y leyes que lastrarán a los turistas y al sector”, añade.
Al igual que la mayoría de los principales puntos turísticos del mundo, Bali sufrió duros inconvenientes económicos durante la pandemia de covid-19 .
De más de 500.000 visitantes extranjeros al mes, las llegadas se desplomaron hasta 45 en todo el año 2021.
Pero con la pandemia de salida, el gobierno y los funcionarios del sector turístico habían pronosticado una reactivación saludable del turismo, que podría aportar miles de millones de dólares de ingresos a la economía del país.
A principios de este año, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, un organismo mundial del sector, pronosticó un crecimiento anual del 10% para la industria turística de Indonesia en los próximos 10 años, prediciendo que el sector contribuiría con casi US$ 118.000 millones al PIB del país, al tiempo que crearía más de 500.000 empleos cada año durante la próxima década.
El guía local Ken Katut declaró a CNN Travel que creía que las cosas estaban “progresando en la dirección correcta” en el sector turístico después de que los líderes del G20 celebraran una cumbre en Bali en noviembre.
Los hoteles estaban repletos de delegados, dijo Ken, y él estaba “encantado” de estar ocupado transportando turistas por la isla.
“El G20 fue estupendo para nosotros, que habíamos estado sin trabajo durante la pandemia”, afirmó. “Le devolvió la vida a Bali”.
Ahora, a algunos les preocupa que el impulso se corte justo cuando empezaba a repuntar.
Según el nuevo código penal, cualquier persona, indonesia o extranjera, declarada culpable de adulterio o relaciones prematrimoniales podría enfrentarse a 12 meses de cárcel. Aún no está claro cómo se aplicarán estas leyes.
“¿Tienen que demostrar que están casadas las parejas de turistas (que visitan Bali)? ¿Deberíamos preguntarles si están casados o no?”, se pregunta Putu.
“Ahora los turistas extranjeros lo pensarán dos veces antes de viajar a Bali porque podrían ser encarcelados por violar las leyes”.
Los grupos de derechos han señalado cómo las leyes afectarán desproporcionadamente a las mujeres y a los miembros de la comunidad gay, y han añadido que podrían “proporcionar una vía para la aplicación selectiva de la ley”.
Los operadores hoteleros también se han opuesto a las leyes, bajo el argumento de que les resultaría difícil hacerlas cumplir.
“Preguntar a las parejas si están casadas o no es un ámbito muy privado y será una tarea imposible de llevar a cabo”, declaró Ida Bagus Purwa Sidemen, directora ejecutiva de la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Indonesia (PHRI).
Sidemen cree que el gobierno de Indonesia revisará las leyes tras la reacción del público. “No podemos preguntar a todas las parejas por su estado civil. Nos crearía enormes problemas”, afirmó.
“Pero, ¿qué nos va a pasar ahora si las nuevas leyes ahuyentan a los turistas? ¿Volveremos a estar como estábamos durante la pandemia? El gobierno no puede querer (ingresos) turísticos y al mismo tiempo aplicar estas leyes que ahuyentarán a la gente. No tiene sentido”.