Uno de los principales problemas que presenta el embalse Miguel Alemán Valdés es el azolve que rodea parte de sus orillas ya que dificulta el acceso a las áreas públicas de la presa.
Tal es el caso de la zona pública del cuerpo de agua que colinda con el barrio de San Antonio, donde el lodo originado a partir de la temporada de lluvias ha limitado el acceso al público.
“Si no vienes con botas, te terminas ensuciando todo, ya no se puede ni siquiera bajar a la orilla de la presa por la cantidad de lodo que hay”.
En este lugar del cuerpo de agua, la orilla del embalse cumple como punto de anclaje para lanchas de pesca deportiva por lo cual, los dueños de estas embarcaciones, tienen que entrar con botas de plástico o de lo contrario no podrán caminar.
“Sólo los que vienen a pescar en sus lanchas, ellos son los que se puede decir bajan del diario por aquí por la escuela, y por allá por el malecón“, precisó la entrevistada.
Eeste no es un tema nuevo puesto que, desde que bajó el nivel de la Miguel Alemán, asociaciones civiles ambientales recomendaron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realizar un mantenimiento a la orilla que quedaba al descubierto puesto que este material sirve como abono para el campo de cultivo por la cantidad de nutrientes que absorbe estando bajo el agua.
El azolve se presenta en mayor cantidad en esta zona de la presa; sin embargo, el problema no termina con eso ya que combinado con la maleza como la hierba y el lirio, han limitado el acceso al público a una de las áreas más concurridas de la presa.
“También se puede bajar por Santa María, la Peña, San Gaspar, pero aquí la gente viene más porque está muy agradable para pasar la tarde, viene a pescar o simplemente a estar en la orilla de la presa”, platicó Laura Colín.
Está situación durará al menos otros dos meses, es decir, hasta que la temporada de lluvias pase aunque es importante ya que ayuda a regenerar el suelo de la presa.