Niñas de Tzintzuntzan brindaron un mensaje por la igualdad y la no discriminación a través de la leyenda de La Mintzita; proyecto audiovisual que la Secretaría de Cultura de Michoacán (Secum) presentó en el Encuentro Nacional de Saberes Locales de Alas y Raíces.
Desde las Yácatas de Tzintzuntzán, un grupo de niñas nos cuenta la historia de Mintzita, la esposa del príncipe purépecha llamado Antonio de Huetzimengari, quien ofreció una fiesta en su palacio.
“Al conocer a doña Blanca, una mujer española de ojos verdes, piel blanca y cabello rubio, Mintzita sintió deseos de parecerse a ella, y teniendo miedo de que don Antonio dejara de quererla y se enamorara de una mujer así, se escapó a una isla en donde tomó baños de sol para que su cabello se volviera rubio.
Tomó un baño de luna para que su piel se volviera más blanca; pasó muchas horas viendo el agua del lago que era de color verde, para que sus ojos cambiaran de tono; y se inspiró en los vestidos de las mujeres españolas para adecuar su vestimenta.
En la fiesta, don Antonio se dio cuenta de que Mintzita no estaba y comenzó a buscarla hasta que alguien le dijo que ella estaba en aquella isla, por lo que al encontrarla, quedó sorprendido por su belleza y su traje regional.
Al enterarse de las razones que Mintzita tuvo para abandonar la fiesta, don Antonio le dijo que nunca dejaría de amarla por quien es”.
La leyenda comparte el mensaje de que todas y todos somos iguales, y tenemos el mismo derecho de hacer las mismas cosas.