Pásele, pásele por sus nopalitos… a 200 pesos la pieza

En el universo gastronómico, hay fenómenos que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Y, créanlo, amigos, este es uno de esos momentos. ¿Se han topado alguna vez con un japonés dispuesto a soltar 200 pesos por una sola pieza de nopal? ¡Es una realidad! No, no están alucinando. Este episodio, digno de ser estampado en las páginas doradas de la gastronomía, nos deja a todos con la boca abierta y las tripas rugiendo.

La trama comienza con la historia de amor entre una «influencer» nipona, la famosa Yukita Chan, y su novio mexicano. Resulta que el muchacho andaba extrañando su tierra natal, y la buena Yukita, preocupada por el corazón nostálgico de su galán, decidió llevarlo a un restaurante de comida mexicana en pleno Tokio. ¡Ah, qué romántico! Pero aquí no termina el cuento, porque la sorpresa gastronómica estaba por desatarse.

Imaginen el escenario: Shinjuku, el bullicioso corazón de Tokio, donde se erige el legendario restaurante «El árbol», el templo de la comida azteca en la tierra del sol naciente. Yukita y su amado se sientan a la mesa, y ¿qué encuentran en el menú? ¡Nopales asados! Y no, no estamos hablando de uno de esos platillos de lujo reservados para millonarios excéntricos. Estamos hablando de un modesto nopal asado que te puede costar… ¡200 pesos! ¿Un robo? Bueno, eso ya lo deciden ustedes, estimados lectores.

La noticia, como era de esperarse, se viralizó más rápido que el reguero de chismes en una fiesta de pueblo. Los mexicanos, de la sorpresa pasaron a la indignación, y algunos ya están tramando planes para exportar nopal hasta Japón, ¡con la esperanza de volverse ricos! Y sí, quién los culparía con esos precios tan exorbitantes.

Así que, queridos amigos, si algún día se topan con un puesto de nopalitos en la calle, no lo piensen dos veces. Agarren esa bolsita y corran a casa a prepararlos como más les guste. Porque quién sabe, tal vez mañana los japoneses nos estén comprando todo el nopal del país, y no queremos quedarnos con las manos vacías, ¿verdad? Es hora de aprovechar el boom del nopal antes de que los extranjeros se lo lleven todo. ¡Viva México, y viva el nopal!

Redacción
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