Brasil.- El izquierdista Lula da Silva prometió este domingo «reconstruir» Brasil al ser investido por tercera vez presidente, en una ceremonia en el Congreso de Brasilia marcada por la ausencia de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
«Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente», dijo Lula, que también reafirmó su compromiso de reducir a cero la deforestación en la Amazonía.
«No hace falta derribar ningún árbol más», dijo el mandatario, asegurando que esto no impedirá apoyar al poderoso sector agrícola de Brasil. «Es posible vivir sin talar madera, sin incendios, sin invadir nuestros biomas», afirmó. «Cada tierra demarcada es una nueva área medioambiental (…) Vamos a revocar todas las injusticias contra los pueblos indígenas».
«No podemos admitir que (el Amazonas) sea una tierra sin ley, no vamos a tolerar la degradación del medioambiente que tanto mal ha hecho a nuestro país», aseveró.
También se comprometió a que no quedarán impunes los responsables por el «genocidio» que causó la pandemia del covid-19 en Brasil, donde murieron casi 695 mil personas.
«Las responsabilidades por este genocidio han de ser investigadas y no deben quedar impunes», dijo Lula, que criticó directamente a la «actitud criminal de un Gobierno negacionista» liderado por Bolsonaro
Al Congreso, Lula llegó en el tradicional Rolls Royce presidencial de color negro y descapotable junto a la primera dama «Janja», ante los vítores de sus seguidores, algunos de ellos con lágrimas en los ojos. Contrariamente a la tradición, su predecesor estuvo ausente. Bolsonaro viajó el viernes a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno.
«El pueblo» le entregó la banda presidencial a Lula
El mandatario recibió este domingo la banda presidencial de manos de una representación diversa del pueblo del país ante la ausencia de Bolsonaro. Según marca el protocolo, el presidente saliente es el encargado de pasar la banda a su sucesor, pe decidió no participar en los actos de investidura.
En su lugar, ascendió a la parte alta del palacio presidencial acompañado por un grupo de personas que «simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño», entre ellos, un niño, afrodescendientes, mujeres, personas con discapacidad y el reconocido líder indígena Raoni Metuktire.
Por primera vez desde 1985, un mandatario saliente no pasará la banda presidencial, acto que tendrá lugar más tarde en el Palacio de Planalto. Al izquierdista lo arroparon una veintena de jefes de Estado, el mayor número para una toma de posesión en Brasil. Entre estos, figuran los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Honduras y Uruguay, además del rey de España, Felipe VI.
Washington envió a la secretaria de Interior, Deb Haaland, la primera indígena en integrar un gabinete en Estados Unidos, mientras que por parte de China asistió el vicepresidente Wang Qishan.