Decenas de agentes de la policía de Nueva York irrumpieron en el campus de la Universidad de Columbia la noche del martes para desalojar a los estudiantes propalestina que habían ocupado uno de los edificios del campus universitario. Según el alcalde Eric Adams, al menos 282 personas fueron detenidas en la operación, que también incluyó el desmantelamiento de una acampada de protesta. Esta es la segunda vez en quince días que la policía interviene en el campus, exacerbando las tensiones en la comunidad estudiantil.
La intervención policial se produjo tras una solicitud de la junta de gobierno de Columbia, que expresó preocupación por la ocupación ilegal del edificio. El alcalde Adams mencionó la presencia de «agitadores externos» entre los detenidos, insinuando una influencia externa en las protestas. Según Adams, los manifestantes utilizaron tácticas no pacíficas, incluyendo barricadas y destrucción de propiedad.
El desalojo provocó una gran concentración de manifestantes en los alrededores del campus en apoyo a los estudiantes encerrados y a los que quedaban en la acampada. La rectora de Columbia, Nemat Minouche Shafik, justificó la intervención policial citando la necesidad de garantizar la celebración de la graduación programada. Esta medida ha generado críticas por parte de algunos profesores y estudiantes, quienes consideran que la universidad ha escalado innecesariamente la situación.
El grupo detrás de la ocupación, Columbia University Apartheid Divest (CUAD), ha comparado su acción con movimientos estudiantiles históricos y ha rebautizado el edificio ocupado, Hamilton Hall, en memoria de una niña palestina fallecida. La Casa Blanca ha condenado la ocupación, subrayando que no es un ejemplo de protestas pacíficas.
La intervención policial en Columbia refleja una creciente tensión en los campus universitarios no sólo en Estados Unidos, sino también en Europa, donde se han registrado movilizaciones similares en instituciones como la Sorbona de París en Francia y la Universidad de Valencia en España.