Brasil.- La plaza de los tres poderes de Brasilia habían sido acordonada por las autoridades, pero bolsonaristas que se niegan a aceptar la elección de Lula retiraron las vallas de seguridad y decenas de ellos subieron la rampa del edificio para ocupar la azotea del Congreso de Brasil, la sede del Supremo Tribunal Federal y el Palacio de Planalto, la sede del ejecutivo.
Las impactantes imágenes, que recuerdan al asalto del Capitolio en Estados Unidos, muestran una marea humana ingresando en el edificio de arquitectura moderna, sede de la Cámara de Diputados y del Senado. Muchos de ellos estarían ingresando con armamento.
Los manifestantes ocuparon el techo, pero también los jardines adyacentes, incluido el del palacio presidencial de Planalto. Bolsonaro, quien fue derrotado por estrecho margen por Lula en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre, viajó a Estados Unidos dos días antes de entregar el cargo a su sucesor.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, dice que «no prevalecerá» la voluntad de los bolsonaristas radicales que han invadido el Congreso Nacional y rodean las sedes del Ejecutivo y del Poder Judicial. Las fuerzas de seguridad intentan repeler ataques a la sedes.
Petro, Boric y Ebrard condenan la toma del gobierno en Brasilia
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, condenó la toma de las sedes del gobierno de Brasil, pidiendo además una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar la situación en Brasilia, reiterando que el «fascismo» de la derecha quiso hacer un golpe de Estado.
«El fascismo decide dar un golpe. Las derechas no han podido mantener el pacto de la no violencia. Es hora urgente de reunion de la OEA si quiere seguir viva como institución y aplicar la carta democrática.»