Las vacaciones de verano trajeron derrama económica a Valle de Bravo, pero no fue la esperada por prestadores de servicios turísticos, quienes reconocieron que fue menor en comparación con la temporada vacacional de Semana Santa.
“Si hubo movimiento, mentiría si dijera que no fue así. Pero si lo comparamos con las dos semanas de Semana Santa de este año, nos fue medio mal”, explicó José Luis Torres, prestador de servicios turísticos gastronómicos de este municipio.
A decir de los propios comerciantes vallesanos, la derrama económica fue una cuarta parte de la que obtuvieron en Semana Santa, debido al periodo intermitente de descanso y a la propia temporada de lluvias.
“Yo si te puedo decir que tuve una ocupación del 75, 80 por ciento (en Semana Santa). Pero ahorita en estás vacaciones fue del 20, quizás un 25 por ciento sí lo hacemos en promedio“, refirió Carla Menchaca, prestadora de servicios turísticos de hospedaje.
“Pues primero por las lluvias, eso nos termina afectando a nosotros cómo restauranteros, y en segundo lugar, no estuvo tan claro como fueron las vacaciones, eso no permitió planificar bien a los visitantes“, explicó José Luis Torres.
Los prestadores de servicios turísticos ya preparan sus comercios para las fiestas patrias, cuya fecha significa un “respiro” más luego de que el Covid-19 impactará en la principal actividad económica del municipio.
“En el puente del 15 de septiembre esperamos recibir un tanto de visitantes, por lo general son más locales, pero si son buenas fechas para nosotros“, concluyó José Luis Torres.
La asistencia de visitantes fue constante durante todo el mes de agosto, al registrar afluencia de personas en las principales calles del Pueblo Mágico.
Sin embargo, el impacto económico no fue el esperado para algunos prestadores de servicios turísticos.
